El líder de Héroes del Silencio se volcó en un espectacular concierto que significó su reaparición en Alicante tras siete años de ausencia.
La
Plaza de Toros de Alicante abandonó anoche su habitual espectáculo para
convertirse por algo más de dos horas en una taberna latinoamericana
con mayoría española. Y el culpable de todo ello fue Enrique Bunbury,
ex vocalista y líder de la extinta banda Héroes del Silencio, quien llenó
ayer de música el recinto despertando pasiones con cada uno de sus
viejos y nuevos temas. Y lo hizo en su vuelta a Alicante tras siete años
de ausencia, para presentar a la audiencia local su último trabajo,
Licenciado Cantinas, editado en diciembre de 2011.
Después de un
eléctrico arranque con la versión instrumental de El mar, el cielo y tú a
cargo de sus músicos, Los Santos Inocentes, el "Aragonés Errante"
irrumpió en el escenario pasadas las 22 horas. Vestido con camisa negra,
traje chaqueta rojo con chaleco incluido y los puños y tobillos
bordados con llamaradas de oro, empuñó el micrófono y dirigió a cuatro
mil espectadores, "es un placer estar con ustedes Alicante, por fin".
El
músico zaragozano comenzó su actuación con temas que ha conocido en sus
viajes por Latinoamérica y que ha versionado en su disco. Llévame y El
Solitario (Diario de un borracho), un tema con aroma de rock y un ligero
ritmo caribeño, fue lo primero en sonar en un escenario que la
iluminación volvió rojizo.
Un interludio de tres canciones de sus
anteriores discos, centraron la vista en el recuerdo. Temas como La
señorita hermafrodita, El Extranjero y Puta desagradecida, que grabó con
Nacho Vegas en el disco El tiempo de las cerezas.
La simbiosis
entre público y cantante quedó latente en las siguientes canciones. Fue
entonces el turno de Ánimas que no amanezca con ese acordeón tex mex tan
sureño que se clava en la mente por su ritmillo contagioso.
Después,
De todo el mundo y Ódiame, quizás la única cosa que sus fanáticos no
están dispuestos a darle, llenaron de melancolía el recinto mientras
Bunbury hacía un guiño a las primeras filas.
El concierto, que se
enmarcaba dentro de su gira mundial, continuó con Las consecuencias y
el tango Cosas olvidadas, que posee ese toque y sentimiento que solo
alguien como el zaragozano le puede dar. Con la emoción a flor de piel y
una armónica, la banda interpretó ese monumento que es Sí.
Los grandes clásicos
En
la segunda parte del concierto, las luces cambiaron a un azul intenso y
Bunbury pidió al público que disfrutara del concierto. El espectáculo
tuvo un segundo despertar cuando el aragonés interpretó Sácame de aquí,
Que tengas suertecita y Lady Blue que fueron coreadas por los miles de
fans. Bunbury calló para que se les escuchara y ellos no le fallaron.
La emotividad del concierto creció cuando Bunbury cantó sus grandes clásicos.
Infinito,
Bujías para el dolor y el vals ...Y al final pusieron el broche de oro a
una gran actuación de un Bunbury, que arropado por Los Santos Inocentes
(el recambio de aquel Huracán Ambulante que pasó a mejor vida en
circunstancias anómalas) dejó muy satisfechos a los asistentes. "El
hombre delgado que no flaqueará jamás" siempre deja huella e hizo una
reverencia de agradecimiento al público antes de abandonar el escenario
que fue respondida con una interminable ovación.
Bunbury celebrará sus próximos conciertos en Cádiz (el día 23) y Coruña (día 25), antes de iniciar gira por EE UU.
Fuente: Diario Información
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