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31 mayo 2012

WIRIKUTA FEST, LA CRÓNICA


Músicos y más de 60 mil personas de buen corazón unieron su voz en defensa del sitio sagrado.
Muchas son las virtudes de la música. Una de ellas, y de las más importantes, es la de convocar a las masas por una buena causa. Era el momento para que los acordes de grupos y solistas hicieran un llamado, un llamado que las palabras han desgastado en diversos discursos. Sólo la música tiene ese don mágico, el de hacer, en este caso, un llamado a la defensa del lugar sagrado de los wixárikas o huicholes: Wirikuta.

Para ello, se convocó a propuestas de talla internacional como Caifanes, Café Tacvba, Calle 13 y Bunbury, quienes se unieron a la lucha que indígenas, activistas, civiles y músicos independientes realizan para concientizar sobre la situación que enfrenta la zona de Wirikuta, espacio sagrado de la cultura huichola, que comprende gran parte del desierto del estado de San Luis Potosí, y que en 1999 fue declarada por la UNESCO uno de los catorce sitios naturales sagrados del mundo, que deben ser protegidos.

En 2009, el gobierno mexicano otorgó 22 concesiones a la minera canadiense First Majestic para la explotación de plata. Dichas licencias, según investigadores profesionales, causarían impactos ambientales y culturales irreversibles, ya que el 60 por ciento de la superficie concesionada a dicha empresa se encuentra dentro del área natural protegida.

De esta forma, el Colectivo Aho, integrado por músicos como Rubén Albarrán (Café Tacvba) y Roco Pachukote (Sonidero Meztizo), entre muchos otros, lanzaron la convocatoria del Wirikuta Fest, evento plagado de grandes músicos iberoamericanos, quienes apoyaron esta noble iniciativa en el concierto realizado el pasado sábado 26 de mayo en el Foro Sol, de la Ciudad de México.

La multiculturalidad del pueblo huichol se hizo presente. Desde sus vistosas prendas de vestir, sus magníficos bordados, sus inigualables artesanías y hasta sus rituales de sanación impregnaron a este festival de música con un halo de misticismo, propio de una tierra cuya visión del mundo es radicalmente opuesta a la del teiwarixi o individuo occidental.

Rock, reggae, ska, surf y hasta cánticos y rezos ancestrales fueron los encargados de dar inicio al festival en el escenario Xure (rojo), que tuvo una gran respuesta por parte del público, en su mayoría jóvenes, que bailó y cantó al compás de bandas como 22, comandada por Memo Méndez y Valle González, quienes se encargaron de calentar los ánimos en el foro. Les siguieron Luix Saldaña y sus percusiones; mientras que los Ginger Ninjas causaron una gran impresión, gracias a su combinación de música con mensaje hacia el medio ambiente, a través de las bicicletas que generaban la electricidad para sustentar su show.

La música tradicional huichola también estuvo presente, en dialectos como el náhuatl. Grupos de distintas etnias del país, como Venado Azul, mostraron parte de la tradición musical y oral que las ha constituido por miles de años. A la par, rituales de purificación se celebraban para conectarse con la Tierra. Una de esas bandas, Nubes de la Sierra, alertó a los presentes de los peligros que acarrearía para Wirikuta el hecho de que las concesiones otorgadas por el gobierno a mineras extranjeras, iniciaran sus trabajos de extracción en la zona. 

Más tarde, y ante la mirada piadosa de Tatewari (Sol), que brillaba resplandeciente, arribó la gran diva del rock mexicano, Ely Guerra.

Con su inconfundible voz, la Guerra, sólo con guitarra en mano, recordaba sus inicios, al tiempo que interpretaba rolas como "Mi playa" y "Peligro", entre otras. "Hoy es un día importante, todos nos hermanamos para alzar la voz en favor de una buena causa", dijo la cantautora, quien destacó el despertar social de los mexicanos ante un país convulso.

Controvertida como siempre, Amandititita salió al escenario con todo y dedicó al presidente mexicano Felipe Calderón y al candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, el tema "Cerebro de Caca". Su anarcumbia e irreverencia se hicieron presentes. "Viva la libertad de expresión", gritó la hija del inolvidable Rockdrigo González.

"La güera Televisa", "La marihuanera" y "Odio a mi jefe" fueron algunas de sus piezas más coreadas, y después llegó al clímax cuando Lino Nava, guitarrista de La Lupita, subió al escenario para sumarse en "La mataviejitas".

Después, ell escenario Yuawi (azul) estaba listo para recibir al Sonidero Meztizo, dueto integrado por Roco Pachukote y la cantante chilena Moyenei Valdés, quienes dedicaron su presentación al movimiento pacifista organizado por el escritor y poeta Javier Sicilia.

"Queremos dedicar esta canción a un movimiento en contra de esta lucha ensangrentada que está viviendo el país, por aquellos que buscan que los recursos vayan a la educación, viviendas, a combatir la pobreza y todo aquello que da vida, en lugar de estar dirigido a lo que mata", dijo Roco para dar pie a la canción "Somos paz".

Al ritmo de "Kumbala" (tema emblemático de la Maldita Vecindad), "Que se escuche" y "El águila y el cóndor", Moyenei destacó que el festival es "para que sepan que Latinoamérica no está a la venta"

Posteriormente, Julieta Venegas tomó la tarima. La tijuanense interpretó "Algo está cambiando", así como su cover a "La jaula de oro", original de Los Tigres del Norte, y "Me voy", uno de los cortes más aclamados por sus seguidores. Antes de despedirse, Julieta instó a la gente a "no quedarnos callados y gritar ante las injusticias".

"¡Wirikuta no se vende, se ama y se defiende!", era el grito que crecía entre la multitud de 60 mil almas, y fue el momento propicio para un acto de fe, de esperanza, de magia: Rubén Albarrán pidió al público realizar un ritual masivo de psicomagia a favor de Wirikuta.

En un mensaje enviado por el tarotista, director de cine, psicomago y escritor chileno Alejandro Jodorowsky, Albarrán pidió a cada uno de los asistentes enviar buenas vibras a la región de Wirikuta. "Este día ha sido super especial porque se han unido muchos corazones con el fin de cuidar y proteger a nuestra madrecita (tierra), y uno de ellos es Alejandro Jodorowsky, quien nos mandó una bendición muy especial y nos pidió que la pusiéramos en práctica", afirmó el tacubo.

Acto seguido, Rubén solicitó a los miles de asistentes que ya llenaban el escenario principal del Foro Sol, a que pusieran su mano derecha en el corazón y con la otra tomaran a la persona que se encontrara a su lado, para luego repetir la frese: "Wirikuta es sagrado".

Adelantándose a la actuación de Calle 13, el poeta y líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, Javier Sicilia, subió al escenario para pedir un minuto de silencio "por el dolor de los pueblos indígenas".

"Detrás de Wirikuta también está el dolor de 20 mil desaparecidos, que no sabemos dónde están. El silencio grita profundamente. El grito más fuerte es el del silencio. Por nuestro dolor, por el dolor de Wirikuta, por el dolor de nuestra nación", exclamó Sicilia, quien concluyó su discurso con la voz: "¡Fuera la minera de Wirikuta!".

De inmediato, la banda boricua que dirigen René Pérez "Residente" y Eduardo Cabra "Visitante" tomó el escenario para dar rienda suelta a su espíritu político y social, en combinación con la fiesta y el baile que caracterizan a la dupla y su combo.

Calle 13, grupo que hace unos años fue rechazado y abucheado en un Vive Latino, realizó una actuación que sin duda fue de las más brillantes del día, pues los puertorriqueños estuvieron acompañados de invitados de lujo como Rubén Albarrán y Zack de la Rocha, vocalista de Rage Against the Machine.

En apoyo y alianza al movimiento estudiantil que se ha gestado en todo México, Residente lució en la espalda la leyenda "Yo Soy 132". "Está pasando en Panamá, Argentina, Ecuador y es importante demostrarle a todos los gobiernos latinoamericanos que un pueblo unido jamás será vencido", fue el grito de batalla del vocalista de Calle 13 con el que prendió a los espectadores.

Con su cálido ritmo, mezcla de hip hop, rock, ska, entre otros géneros, la banda puso a bailar a los asistentes con piezas como "El baile de los pobres" y "Vamo' a portarnos mal".

Los gritos inundaron el Foro Sol cuando Albarrán subió al escenario para interpretar el tema "No hay nadie como tú", pero el inmueble capitalino casi se cae ante los saltos y gritos de los asistentes cuando los boricuas dieron vida a "Latinoamérica", en la que Residente manifestó que este problema de Wirikuta le concierne a todo nuestro continente. 

Sorpresivamente y ante el jubilo del público, Zack de la Rocha se unió a la lucha de las comunidades indígenas huicholas y músicos latinos en defensa de Wirikuta. "¡Qué viva la gente huichol! ¡Qué viva la gente de México! ¡Qué viva la justicia!", gritó De la Rocha ante la euforia de los asistentes, para dar paso a su intervención en la canción "Calma pueblo", uno de los puntos más emotivos y energéticos del festival. 

Tras la avalancha sonora motivada por Calle 13, luego se percibió un respiro que aguardaba la llegada de Café Tacvba. Ante un Foro Sol ya completamente repleto, los tacubos dieron inicio con el clásico "Las flores", con el que el ánimo y las energías se recobraron por parte de los asistentes, para dar paso a un gigantesco slam.

"Unamos nuestros corazones y nuestra energía", dijo Albarrán. Y siguió toda una ola de éxitos con temas como "La ingrata", "No controles" y "Chilanga banda", para cerrar con "El baile y el salón". Indudablemente fue una de las mejores actuaciones del cuarteto en los últimos años. La música de los Café Tacvba comunicó muchísimo a los presentes. 

"Cada uno de nosotros hacemos hoy que Wirikuta esté en boca de todos. El respeto a la tierra no se cuestiona", fue la frase con la que el español Enrique Bunbury se ganó a un público eufórico, que no paraba de gritar: "¡Wirikuta no se vende, se ama y se defiende!".

Con una actuación soberbia, Bunbury interpretó algunos temas de su más reciente disco titulado Licenciado Cantinas, y también algunos de sus éxitos como "Que tengas suertecita", "El extranjero", "Sí",entre otros.

Poco antes de las 11:00 PM, Caifanes, la leyenda viva del rock latinoamericano, saltaban al escenario para demostrar que su reunión no obedeció a cuestiones comerciales, sino que para ellos, la música es un medio poderoso de convocatoria para un buen fin.

Encabezados por Saúl Hernández, la agrupación cantó junto a más de 60 mil espectadores sus más conocidas canciones como "Los dioses ocultos", la cual hizo que las miles de gargantas presentes entonarán al unísono la pieza.

"Nubes" abrió la pauta para que Saúl manifestara su posición con respecto a la zona wixárika. "Hoy no existe ideología, hoy lo que existe es la unión y la solidaridad por una zona. Al ser humano se le respeta", dijo.

"Viento", "Aquí no es así", "Ayer me dijo un ave" y "Mátenme porque me muero" lograron un coro masivo, que sabía de memoria todas y cada una de las canciones del quinteto.

"No dejes que" fue la última pieza de su set, pero la gente no los dejó ir y el grupo regresó ante la insistencia de sus seguidores para interpretar dos de sus más grandes éxitos: "La célula que explota" y "La negra Tomasa", himnos que hicieron bailar y cantar a los asistentes, de quienes se despidieron pidiéndoles por los huicholes, quienes, dijeron, necesitan más ayuda que nunca.

El ambiente en el Wirikuta Fest fue ciertamente combativo o político, pero a la vez místico y hasta espiritual. Los jóvenes se manifestaron con su voz y sus pancartas, demostrando así su inconformidad ante la situación por la que atraviesa el país, la guerra fallida contra el narco, la violencia que ésta genera, las cercanas elecciones presidenciales y la atomización de la política, entre muchas otras razones, hizo que los jóvenes, como nunca antes, expresaran su inconformidad a ritmo del rock y otros géneros, en un festival que contó con el apoyo desinteresado de los grupos y solistas. Ninguno cobró, e incluso algunos financiaron sus traslados, provenientes de diversas partes del continente como Colombia, Argentina y Estados Unidos. 

Pasada la medianoche y como broche de oro, el Colectivo Aho agradeció una vez más a los miles de asistentes que se dieron cita y los motivaron a seguir alzando las demandas en favor de los indígenas de este país, sus tradiciones y costumbres.

Fuente: La Banda Elástica

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