Cuando se avienta la piedra, no hay que esconder la mano. Y menos si te dan la oportunidad única de entrevistar en persona y durante 40 minutos a Enrique Bunbury.
Sobre todo luego de haber escrito que no daba entrevistas en español.
Bunbury no iba a dar entrevistas en Chicago, pero hizo una excepción. Ya no pregunté el por qué del cambio de opinión. Dijo que sí y había que cumplir.
Por eso cuando el martes me llamaron para notificarme que Bunbury me
concedería una entrevista, ya instalado en Chicago, dije que sí de
inmediato.
Un conocido en Facebook me dijo que ese cambio era el resultado “del cuarto poder”, como se le conoce a la prensa.
Poder como otros, en el que no creo (ideología personal).
Lo que me preocupaba era cómo me recibiría Bunbury. De camino desde la Torre Tribune al hotel
donde se hospedaba, preferí no pensar. Ya “encaminada” recibí un
mensaje donde se me informaba que la entrevista se retrasaría 30
minutos. No problema.
Al llegar al hotel, esperé en el lobby. Estaba nerviosa.
El mánager de la gira de Bunbury hizo acto de presencia en el lobby. Y sin conocernos me reconoció.
Subimos a un elevador. Nos dirigimos al restaurante del hotel por un
pasillo. Viramos a la izquierda, luego a la derecha. De frente me
encuentro con Bunbury. El mánager y yo nos acercamos a la mesa.
Él se queda en la mesa continua, al lado izquierdo. Me siento en una de
las sillas de la mesa para dos. Bunbury frente a mí. Sereno y tranquilo.
Comienza hablarme de la la gira, del sexto round de “Licenciado Cantinas”, el título de su disco más reciente, su décimo álbum de estudio. Su “trabajo” no es de esos de 9 a 5 y de lunes a viernes.
“Este año en total, no sé, he hecho 80 conciertos. He estado seis
o siete meses de gira, así que puedo decir que he han sido cinco meses
en los que no he girado y he estado en casa. Comparado con el trabajo de
cualquier otra persona, creo que no ha sido tan ajetreado. En EEUU
tenéis, ¿cuántas semanas de vacaciones? ¡ninguna! (risas). No estuvo mal
este año, trabajé, pero también tengo mi tiempo libre”.
Las giras son diferentes. Ya no son las del hombre solitario y con su banda. Bunbury gira en familia con su esposa e hija.
La mujer que hace equipo con Bunbury es la fotógrafa española Jose Girl,
con quien sostiene una relación desde 2003 y se encarga del arte
fotográfico de sus discos desde “El viaje a ninguna parte”, editado en
2004. Asia, su hija, nació en 2011 y ellos contrajeron matrimonio el
pasado 2 de octubre en una ceremonia privada en Tepoztlán, Morelos
(México).
El enlace fue con motivos muy mexicanos, reportó
la agencia EFE. Lo malo es que “los chamaquearon” porque alguien que
acudió al enlace y no de su círculo cercano (¿el juez?) publicó una foto
del enlace develando el momento que ellos querían dejar como privado.
Al tener a Enrique de frente uno de sus tatuajes es el que más llama
la atención, el del nombre de su hija, en los dedos de la mano
izquierda: La “A” en el meñique, la “S” en el anular, la “I” en cordial y
la “A” en el índice, a manera de que cuando empuña la mano, se puede
leer.
Hace dos años que Bunbury y familia viven en Los Ángeles, California. La pregunta era obligada:
¿Cómo es ahora tu vida en EEUU? ¿No te resulta una ciudad rutinaria para tu proceso creativo?
Los Ángeles es una ciudad muy especial, particularmente me tiene
fascinado. Me parece una ciudad muy interesante, un lugar donde ocurren
muchas cosas diferentes. Es difícil de describir, de concretar y de
pensar que la gente que vive en Los Ángeles tiene una forma concreta de
vida, y que todos estamos en el mismo “frame”. Creo que para la gente
que tiene profesiones liberales, en las que los horarios son un poco
libres, Los Ángeles es una ciudad fantástica para vivir. Si dependes del
auto para ir a tu trabajo y tener unos horarios rígidos, puede ser una
ciudad bastante esclavizante y dura, eso depende de lo que hagas.
¿Por qué LA?
Me gustaba mucho. Y también Nueva York. Cualquiera de las dos hubiera sido una buena opción. Y son casi opuestas. Y…
“Can I get you anything to drink?” (interrumpe nuestra charla un mesero, que sólo hacía su trabajo).
“Just water”, respondo. (Bunbury me pasa el vaso con agua que tiene enfrente y que no ha tocado).
“Can I get you any food or just drinking? pregunta el camarero.
“Just drinking”, responde Bunbury y pide una cerveza.
….No recuerdo muy bien cómo fue al final (continúa Bunbury). Tuvimos
una gira y pasando por Los Ángeles decidimos que nos gustaba. Pero cada
vez que voy a Nueva York me parece que es una ciudad en la que tengo que
pasar un tiempo. No sé, creo que hubo un momento de cara y cruz y salió
LA.
Ya hace un año que salió a la venta ‘Licenciado Cantinas’.
¿Qué te ha dejado en resumen en este año con la gira y siendo como es,
un disco como todos los tuyos, demasiado diferente de los otros?
Cada uno es un mundo propio, pero creo que para mí es la culminación de
un trabajo que hemos venido realizando. Digamos que hay una cara visible
para los fans que es escuchar el álbum, pero hay una cara oculta que es
un trabajo que vamos realizando detrás de lo que mostramos, “behind the
scenes”, que es el trabajo de creación de una banda (Los Santos Inocentes).
Estamos creando una banda, una maquinaria capaz de trasladar las
ideas que tengo en la cabeza en partituras musicales. Ese trabajo se
empezó a realizar desde “El tiempo de las cerezas” (2006) el disco que
hice con Nacho Vegas, que fue un poco el origen de la creación de esta
banda. Ahí estaba Ramón (Gacías), estuvo Álvaro (Suite), estuvo Rebe (Jorge Rebenaque),
y luego fueron entrando los demás con el siguiente disco y el último
paso ha sido en este disco con Kino (Béjar), el percusionista.
Todo este tiempo ha sido un periodo en el que he ido creando y
preparándolos para ser la banda que mañana (el 28 de noviembre) encima
del escenario aquí en Chicago vamos a mostrar. Creo que es un momento
magnífico de la banda, ahora es cuando estamos en un momento increíble.
Cuando pienso en el “Licenciado Cantinas”, pienso que ha sido el empujón
final que faltaba para llegar a donde estamos y creo que la gira que
estamos realizando ahora y que ya estamos terminando, es el estatus que
necesitaba esta banda para poder grabar mi nuevo álbum. Ahora, si nada
malo ocurre, el 21 de diciembre por ejemplo (haciendo alusión al
supuesto vaticinio del fin del mundo de los mayas) o mañana, o cualquier
otro día, creo que en el próximo disco vamos a manejar material serio.
¿A qué te refieres con material serio? Lo pregunto porque en
el caso de ‘Licenciado Cantinas’ muchos fanáticos lo han cuestionado,
por ser un disco de versiones, en lugar de uno de canciones propias.
Me parece que es un visión absolutamente superficial y quizá sí, un poco
egoísta. Claro, eso es lo que nos pasa a todos los que somos fans.
Cuando yo estoy esperando el nuevo disco de David Bowie -que lleva
siete años sin sacar disco- pues estoy pensando en lo que yo necesito y
hay veces que me olvido que David Bowie es un creador que me ha ofrecido
una serie de cosas y que a lo mejor, yo no soy el más adecuado para
decidir qué es lo que necesita o le conviene a David Bowie. Y sin
embargo, David Bowie sí que es el más adecuado para decidir lo que a mí
me puede interesar de él como creador.
Es una cosa así, un poco extraña. Pero tenemos que respetar a los
fans, por supuesto. Pero por otro lado, no les debemos de hacer caso. Si
fuera por los fans, yo seguiría tocando “Entre dos tierras”.
Y al final, no creo que es lo que un fan de verdad quiere. No creo
que un fan de verdad quiera que siga tocando todo el rato lo mismo,
todos los años. Llevaría 20 años tocando las mismas canciones. Estarían
insultándome directamente. No hay que hacer caso. Hay que respetarlos y
entender sus puntos de vista, pero no por ello hay que hacerles caso.
Para mí el “Licenciado Cantinas” es mucho más que un disco de
versiones. Es un disco en el que personalmente estuve involucrado como
cualquier otro, creo que el trabajo que he hecho ha sido un trabajo muy
duro, muy serio, pero entiendo por otro lado que los fans quieran que yo
grabe un disco de canciones mías, se los agradezco. Todos los discos
que he hecho son de canciones mías. Uno es sólo de versiones.
Pero aparte, principalmente es un disco, sólo es un disco. Mañana
seguiré con lo que siempre he hecho, que son canciones propias. No es
que a partir de ahora me voy a dedicar a cantar canciones de otros, no
es así.
El disco que viene, el próximo, ¿fue aquél que te robaron y que estaba casi listo?
El disco que me robaron no está perdido. Te puedo confirmar que está
mejorado. Lo que robaron fue un disco peor que el que estoy preparando
ahora mismo. Hay canciones que he retocado, que he mejorado, cambiado
letra, cambiado acordes, creo que es mejor ahora. Tengo que agradecerle a
los ladrones que me robaron la versión floja.
Hablando de tu vida personal, ¿cómo es esta etapa? (pregunto sin mencionar la paternidad, pero es obvia la pregunta).
(Duda y tarda en responder). Pienso que el horario infantil es el “nuevo
rock & roll way of life”. Creo que es muy “under”, muy alternativo,
muy rocanrol y creo que es muy inspirador.
En cuestiones de la escena musical, pareciera que estamos
carentes de figuras claves, por lo que tendemos a mirar al pasado y
tener sólo a algunas figuras, como tú, como referente. No sé si esta es
una apreciación personal porque me estoy haciendo vieja.
Evidentemente, te estás haciendo mayor. Eso fue así siempre. Lo mismo
pasó con la invasión británica, The Who, The Beatles, todas estas bandas
estuvieron mirando atrás, a Muddy Waters, a Chuck Berry a Elvis
(Presley). Es de donde bebían, de la música de antes, Keith Richards (de
los Rolling Stones) se puso a investigar de dónde venía el blues de
Chicago.
Es lógico que ahora a todos nos interesen de dónde vienen las cosas.
Deberíamos mirar hacia atrás. Creo que es bueno tener un mínimo
conocimiento de dónde surge la música popular que nos emociona.
Por eso hice “Licenciado Cantinas”, por eso hice “El viaje a ninguna
parte”, porque me interesa de dónde viene la música popular que me
representa y que intento desarrollar. Tengo que saber de dónde vienen
las cosas y beber de las fuentes para realizar algo propio, pero nuevo.
Algo que esté aportando.
También te puedo decir que personalmente creo que hay artistas en el
mundo haciendo discos increíbles. Hay mucha gente que piensa que el rock
ahora mismo, tiene una influencia menor en la sociedad, porque se
escucha menos y lo único que puedo decir es que me da totalmente igual.
No me parece que sea un punto de vista interesante decir que la música
rock se escucha menos en la radio.
Primero, porque no me considero un artista de rock necesariamente, a
mí me gusta el rock, mucho de lo que hago es rock, pero mucho de lo que
hago tampoco es rock. No soy un artista que suene mucho en la radio pero
también considero que los grandes artistas que me interesan actualmente
tampoco lo hacen. No me preocupa y considero que es la radio y la
televisión los que están fuera de onda, los que tienen que redescubrirse
y encontrar para representar lo que realmente ocurre en la calle que no
deja de ser interesante.
Y menos ahora con la rapidez de la redes sociales…
Es que ahora mismo todos somos nuestro propio medio de comunicación. Al
ser todos nuestro medio, el decir que determinadas radios ya no tienen
una influencia real sobre la gente, que determinadas músicas no suenan
en determinados medios, no es importante ni interesante, que es de donde
parto esta divagación porque considero que cada uno de nosotros es
capaz de encontrar el área donde se siente confortable musicalmente, y
puede encontrar bandas underground o no, de Australia, aunque jamás
lleguen a su país a tocar o jamás lleguen a la radio o televisión de su
lugar.
Si eres de Chicago y te gusta una banda de España, de Valencia, puede
que nunca vaya a tocar a Chicago, pero puedes conocer toda su
discografía, todos sus videos y tener acceso a todo lo que hacen,
excepto que vayan a tocar. Y eso es gracias a internet. Dijeron por
mucho tiempo que ese era un problema que teníamos los músicos. No creo
que sea un problema de los músicos. Es un problema que tienen los otros
medios de comunicación porque han dejado de tener ese poder. Ese poder
está ahora repartido y es la gente la que puede elegir individualmente.
Esa rapidez con la que el público pide y pide algo, ¿a tí te afecta?
A mí no me importa. Pienso que no soy una persona rara. Pienso que hay
mucha gente como yo que compramos los libros, los discos o una película
no única y exclusivamente porque sean el del mes, o de la temporada.
Aquí en Chicago acabamos de pasar por una de mis tiendas favoritas de
discos que es una tienda de blues y de jazz. No recuerdo cómo se llama,
está cerca del House of Blues, ahí a la vuelta de la esquina, te sé
llevar, pero no recuerdo cómo se llama. Es un lugarcito, una tienda
pequeña de vinilos, de blues y de jazz.
Y seguramente la mayor parte, el 95% de los que venden son antiguos,
es decir de 10 años para atrás. Y cuando piensas en literatura, no sé
hasta qué punto es importante leer un libro porque sea la revelación del
momento, o mañana mismo me podría leer un libro de (Ernest) Hemingway.
(A punto de hacer otra pregunta, Bunbury continúa): Iba a
desarrollar más eso. En la música, el hecho de que mi disco en un año
sea viejo, me parece que entra dentro de la categoría, de decir, bueno,
“¿qué, es más barato?” Ojalá, porque llega a más gente, ojalá que
mañana alguien se compre “El viaje a ninguna parte”, que es un disco
viejo, mío. No tengo nada en contra de que mis discos envejezcan.
‘El viaje’ en particular, me parece que ha envejecido muy bien y que en su momento, fue uno de los discos más incomprendidos.
Para mí es uno de los buenos. “El viaje a ninguna parte” venía de
“Flamingos” y digamos que “Flamingos” es como cuando Javier Bardem hace
“Skyfall”. (Flamingos) fue mi “Skyfall”, pero en realidad me dedico a
otra cosa. Después de hacer mi “Skyfall”, de repente, tuve una serie de
fans que se habían enamorado de “Lady Blue”,
de una serie de canciones que estaban en él, que tenían otra
perspectiva. Y de repente, me metí en un disco doble, muy duro, muy poco
convencional y supongo que hubo gente que consideró que no era lo que
esperaban.
En general, lo que espera la gente es siempre el disco que les gustó, versión dos.
Mucha gente me dice “¿Por qué no haces un ‘Pequeño’ segunda parte, por
qué no haces otro ‘Flamingos’, por qué no haces otro ‘Senderos de
traición’ o otro de ‘Las Consecuencias’?. Me alegro que les gustaran,
pero ya fueron. Déjenme hacer otro, del que me pidan la segunda parte
dentro de unos años (sonríe).
¿Cómo es para tí ahora ser parte de los latinos en EEUU?
Siento una empatía por la comunidad latina aquí en EEUU y siento
pertenecer a ella. Hay veces que es difícil pensar en forma global qué
es lo que a los latinos nos conviene o nos interesa determinada cosa.
Pero no pude sentir más que orgullo y satisfacción cuando ocurrieron
las elecciones recientes aquí en EEUU y saber que los latinos que tenéis
derecho a voto, habéis hecho posible y habéis llevado a (Barack) Obama
en lugar de a (Mitt) Romney, siendo que soy absolutamente crítico con el
sistema democrático no sólo de EEUU, del mundo entero, en cualquier
país. Me parece que el sistema económico mundial en que vivimos es un
sistema en el que hay una serie de empresas que controlan los gobiernos y
los destinos de la población mundial.
Para que vivamos en una verdadera democracia tenemos que hacer un
esfuerzo importante y me da la impresión de que ni Obama ni Romney lo
harían. Dicho esto, vuelvo a lo que dicho al empezar, me alegré mucho y
sentí mucha satisfacción de pertenecer a una comunidad que hizo posible
que en vez de (iba a decir una palabra mal sonante, confesó) Romney,
ganara Obama.
¿Y cómo aprecias la situación en España?
Te puedo decir varias cosas con respecto a lo que ocurre en España. Creo
que hay diferentes niveles de conversación. Como con lo de EEUU.
Podemos hablar del sistema democrático, de lo que vivimos y qué es lo
que es preferible dentro de las dos opciones que nos dejan a elegir en
un sistema donde todo es demasiado estrecho y nada mira hacia la
verdadera renovación del sistema democrático.
Podemos hablar dentro de esa estrechez, de buscar qué es lo mejor
para España dentro de esa estrechez. Ahora mismo, ni siquiera soy capaz
de elegir entre A o B. El problema de España es mayor que una crisis
económica, es un problema mayor que Cataluña o el País Vasco tengan
intenciones nacionalistas. Todo esto no son consecuencias de un problema
mayor.
Y el problema mayor es que la sociedad española, la gente, el pueblo,
está deprimido, está en shock. Las circunstancias económicas españolas
no son ni muchísimo menos las peores del mundo. ¿Por qué me estás
hablando de la crisis española y no estamos hablando de la crisis de
Haití o de El Congo o de tantos países latinoamericanos? Estamos
hablando de la crisis española porque hay un problema de raíz serio e
importante que hace que España esté atorada, que no sepa salir. Viéndolo
desde el ángulo positivo, hay algo bueno que vamos a aprender de todo
esto. España es un país que en las situaciones muy, muy negativas, se
crece y puede sorprender a todo el mundo.
Creo que hay que buscar una renovación más importante y más profunda
del sistema democrático, que es probable, no desestimo que en España se
replanteen estos temas. No me parece imposible que estos planteamientos
lleguen a las esferas políticas españolas. Ese es el bien que espero
del mal que vivimos ahora mismo. Es como cuando se dice “no hay mal que
por bien no venga”, en este caso, va a servir para que venga este bien.
¿El artista debe ser activista?
Pienso que el ciudadano, el individuo, tiene el derecho de ser todo lo
activista que desee o lo nada activista. Y ese individuo puede ser un
periodista, un músico, un pintor, un taxista o un galerista de arte,
puede ser lo que quiera. Igual que en una barra de bar podemos tomarnos
unas cervezas y empezar a discutir sobre las elecciones, creo que un
músico tiene todo el derecho del mundo de decir lo que piensa, lo que
quiera, cuando quiera.
De fanáticos y las giras de conciertos (una idea suelta, de una conversación extra).
Tengo muchas ganas del concierto de mañana. (Me comparte en referencia
del concierto del 28 de noviembre). Hay que entender la perspectiva del
fan que va desde su casa, de su trabajo, y es el día que ellos van a ver
al artista que les apetece y sólo ven ése show.
Para nosotros, estamos constantemente de gira, de alguna forma, es
como un engranaje, que en un momento dado coincide con el fan. En ese
momento el fan viene con sus cosas pero el músico también viene con las
suyas. Al final hay un material sensible, el material humano, aunque
estés tocando la misma canción.
Nosotros no tocamos las mismas canciones todas las noches, pero hay
canciones que sí, se repiten, las puedes tocar toda la gira. Pero hay un
día que la estás tocando con un tipo ahí adelante, viene con sus
problemas, tú con los tuyos, ese engranaje puede que las dos ruedas se
conjuguen perfectamente y vayan muy bien o puede ser que se
encasquillen. Pasa, y ahí ocurren momentos mágicos. Aquí en Chicago han
ocurrido conciertos extremos, buenísimos y…. horribles.
¿Cuáles recuerdas como los buenos? ¿El de 2009 con Hellville de Luxe en el Aragon, por ejemplo?
Ese me gustó. Luego estuvieron los dos del V Live (en 2010, en gira con
“Las Consecuencias”), que no me gustaron, por el lugar. No me gustó nada
el lugar. No sé si los conciertos fueron buenos pero salí muy
descontento del lugar, luego el que hice con Zoé en el Aragon (el año
pasado) me volvió a gustar, pero creo que el de Hellville estuvo bien.
Luego, también recuerdo muy bueno el de mañana (el del miércoles 28).
Dicho esto, apago la grabadora y dejo de anotar en la libreta.
Jose Girl ha llegado al restaurante y nos saludamos. La pareja y el
mánager de la gira se disponen a salir del hotel para ir a cenar. Me
despido de ellos en el lugar donde todo empezó, en el lobby del hotel.
La siguiente cita fue en el concierto del 28.
(Bunbury sí que da entrevistas en español).
FUENTE: Vívelo Hoy