Polémico, poeta, revolucionario, melancólico, enamorado del desamor, todo un Licenciado en la materia de Cantinas, conocido como el aragonés errante, aquel hombre delgado que no flaqueará jamás, el gran Bunbury, fue el que en esta ocasión tuvo el honor de pisar por segundo día consecutivo las tablas del Gran Teatro Nacional Miguel Ángel Asturias, que lo recibió con un lleno total y vitoreando tema tras tema a una sola voz "Enrique... Enrique".
Vestido de rojo y con ese toque que
solo Enrique Bunbury puede inyectarle a un espectáculo, inició el viaje
por las canciones cantineras, por los sonidos sensuales, llenos de
danzón, tangos, boleros y hasta texmex, pero matizados con notas
rockeras como solo Bunbury y su banda lo pueden hacer.
Los Santos
Inocentes, camaradas del zaragozano, son los músicos encargados de
ponerle ese extra a la interpretación de Bunbury y que hacen que este
espectáculo valga cada centavo invertido en el. La banda está integrada
por el "Patriarca de la Percusion" Quino Bejar, "El Motor de la Maquina"
el baterista Ramón Gacías, en el teclado y el acordeón el "reverendo"
Jorge Rebenaque, en bajo y contrabajo Robert "Bob" Castellanos, Álvaro
Suite guitarrista y alero del cantautor y poniéndole el sonido clásico a
las guitarras Jordi Mena.
"Que no me atrape lo mundano… si
prefiero no estar quieto", "dímelo, dímelo de una vez" y "Que tengas
suertecita" parecían ser ya un himno para los guatemaltecos que
abarrotaron el recinto y no pararon de corear y pedir más, tras cada
interpretación del Licenciado Cantinas.
Fue así como por más de
dos horas el músico y escritor español dio a los asistentes un recorrido
por temas de su discografía, "Flamingos", "El viaje a ninguna parte",
"Hellville", "Las consecuencias", "Pequeño", "Licenciado Cantinas" y "…
al final" de "Freak Show", con el que acompañado de las palabras
"Guatemala, muchísimas y muchísimas gracias, un inmenso placer estar con
ustedes, hasta siempre, no se olviden de nosotros" se despide de
Guatemala dando nuevamente una Cátedra Magistral en el Teatro Nacional.
Fuente: Punto Guate
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