El evento con el cual artistas buscaban atención para la causa de los
wixárikas se transformó en una protesta por otros problemas del país.
Al grito de "¡Wirikuta no se vende, Wirikuta se ama y se defiende!",
más de 50,000 personas y decenas de artistas exigieron la defensa del
territorio donde habita la cultura wixárika (se pronuncia wirrárika) de
México, que habita en los estados de Jalisco, Nayarit, Durango y San
Luis Potosí. Sin embargo, este escenario sirvió también para lanzar un
llamado de justicia ante otros problemas que hay en el país.
Esta vez no existieron rockstars ni protagonismos. "Hoy lo
que rige es la unión, la reflexión, solidaridad y sobre todo estar junto
con nuestros hermanos indígenas. Dar un grito de exigencia y respeto.
Al mexicano se le respeta, su lugar y su condición, su filosofía y sus
costumbres", dijo el vocalista del grupo Caifanes, Saúl Hernández.
El Wirikuta Fest
fue una iniciativa de un conjunto de organizaciones no gubernamentales y
artistas para exigir al gobierno el retiro de las 72 concesiones
otorgadas a empresas mineras, encabezadas por las canadienses First
Majestic Silver Corp. y Revolution Resources Corp., para explotar los
recursos que se encuentran en una región emblemática para la cultura
wixárika y protegida por su riqueza natural.
"Esto que está pasando en Wirikuta está pasando en todas partes;
están contaminando el agua, contaminando la tierra. Pareciera que
estamos asistiendo a la gran venta total del fin del mundo, estos
políticos lo están vendiendo todo", dijo Rubén Albarrán, vocalista del
grupo mexicano Café Tacvba.
René Pérez, Residente, el vocalista de Calle 13, afirmó que
este no es un problema exclusivo de México: "Está pasando en Panamá,
Argentina, Ecuador, y es importante demostrarle a todos los gobiernos
latinoamericanos que un pueblo unido jamás será vencido".
A pesar del reclamo generalizado de justicia, el ambiente que se vivió en el Foro Sol era de alegría.
"Este es un día en que queremos transfórmanos, un día en el que
imponemos nuestra voz como jóvenes y en el que una simple voz y una
guitarra hacen revolución", dijo la cantante mexicana Ely Guerra. "Ojalá
los gobiernos escucharán a estos jóvenes y canciones tan intensos".
La gente pudo convivir con la comunidad wixárika, comprar sus
artesanías, disfrutar de un baño de temazcal, observar bailes
prehispánicos y firmar un libro que será "entregado a las autoridades
para obtener los amparaos necesarios para que las empresas mineras no
puedan seguir trabajando en la zona de Wirikuta", dijo Joaquín González,
habitante de la zona de Real de Catorce, San Luis Potosí.
De acuerdo con los organizadores, el dinero recaudado será entregado
al Colectivo AHO, que agrupa a los artistas que se presentaron en el
festival, para apoyar la defensa legal en contra de las mineras
extranjeras.
A esta causa indígena se sumaron los llamados a solucionar otros problemas que hay en el País.
"Yo vengo a apoyar a la gente de Wirikuta, porque debemos proteger
las tierras que son nuestras. Espero que todos estos jóvenes recobren
esa valentía, porque el peor enemigo de todos no es el mal gobierno, es
el miedo y el silencio", dijo Juana Sánchez, cuya hermana fue asesinada
en Ciudad Juárez.
"Yo había perdido la voz por una espina que se me clavó en el cuello
cuando mi hermana se convirtió en una más de las muertas de Juárez. Un
día las dos fuimos a trabajar, pero ella nunca regresó. Lo peor fue
cuando recibí una llamada, habían encontrado un cuerpo y tuve que ir al
forense a reconocer los dientes de mi hermana".
Ciudad Juárez es considerada la segunda ciudad más violenta del mundo después
de la hondureña San Pedro Sula, según un reporte del Consejo Ciudadano
para la Seguridad Pública y la Justicia Penal (CCSPJP). En el 2010 se
registraron 4,853 homicidios en esta ciudad fronteriza y el número de feminicidios es de al menos 500 entre 1993 y 2006, según la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Asimismo, el poeta Javier Sicilia pidió a los asistentes guardar un
minuto de silencio por las personas que han fallecido desde que el
gobierno de Felipe Calderón implementó la Estrategia Nacional de
Seguridad.
"Detrás del Wirikuta, en este momento, están los más de 50,000
muertos que ha provocado la lucha militar contra el narcotráfico, los
20,000 desaparecidos, los 250,000 desplazados que han tenido que dejar
su territorio por la violencia, los más de 8,000 huérfanos; Wirikuta es
el rostro del dolor”, dijo.
Hasta diciembre de 2011, la Procuraduría General de la República
tenía registradas 45,500 muertes violentas, a raíz de que inició la
lucha frontal contra el crimen organizado.
Sicilia perdió a su hijo Juan Francisco en marzo de 2010, en un
incidente en el que murieron otras seis personas en Temixco, en el
estado de Morelos. Dicho asesinato motivó al poeta a impulsar el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad,
centrado en las víctimas de la violencia generada por el crimen
organizado y que protesta en contra de la Estrategia Nacional de
Seguridad.
En tanto, una indígena purépecha que se presentó en el escenario
principal agradeció a todos por su apoyo en la lucha por "salvar de la
destrucción a los bosques sagrados" de Cherán, una comunidad autónoma de
Michoacán que desconoció a los tres niveles de gobierno por su "ineficacia" para detener a los talamontes ilegales que han invadido sus tierras.
La reciente protesta #YoSoy132 también formó parte de este festival,
cuando el vocalista de Calle 13 enseñó el nombre del movimiento pintado
en su espalda.
Dicha manifestación surgió tras la visita del candidato presidencial
del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, a la
Universidad Iberoamericana, donde cientos de estudiantes protestaron en
su contra.
"Todos sabemos porque estamos aquí, por las malas decisiones que
toman los gobiernos, que no se acercan ni remotamente a nuestras
necesidades, ni a nuestro sentir. Las grandes empresas extorsionan a
conciencia y negocian con los que ganan en las urnas. El tiempo de las
generaciones del ‘no sabe, no contesta’ ya pasó", dijo el cantante
español Enrique Bunbury.
Fuente: CNN México
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