Si alguien quiere un manual de auténtica fusión de pop con música latina, que se vaya a las tiendas y compre ahora mismo "Licenciado Cantinas", de Enrique Bunbury. El artista de Zaragoza, actualmente residente en Los Angeles y a medio camino de infiltrarse en el mercado norteamericano después de haberse consagrado como ídolo de masas en el resto del continente, desde Argentina hasta México, ha construído una obra maestra a partir de versiones de canciones de "cantina" americana de lengua castellana. Temas tradicionales, de Agustín Lara, Willie Colon, Atahualpa Yupanqui... Historias de amores y desamores, muerte y redención, alegrías y penas, todas ellas transmitidas a través de sus venas, aunque desde el corazón del pueblo. Un corazón de sangre, nada que ver con el caramelo azucarado de los Bisbal y compañía.
Para darle más color al trabajo, colaboran maestros veteranos de la música como Flaco Jiménez, Elíades Ochoa o Charlie Musselwhite, entre otros. Y que nadia se equivoque pensadon que es un álbum para ganar Grammies latinos. Porque para mantenerse fiel al espíritu del disco y evitar cualquier intrusismo e intereses de negociantes, Bunbury se ha autoeditado. Su anterior multinacional Emi, ha publicado al mismo tiempo una reliquia de principios de los noventa de cuando lideraba Héroes del Silencio, un directo "Live in Germany". Pura rabieta. A mí también me gusta el pasado, pero no voy a permitir que me engañen en el presente. Sobre todo cuando el presente es este regalo para el buen gusto: el auténtico sabor del pop latino.
Pep Blay
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