NUEVA WEB UNA CITA EN FLAMINGOS






AHORA SEGUINOS EN NUESTRA NUEVA WEB:

WWW.UNACITAENFLAMINGOS.TK




29 abril 2010

BUNBURY EN ROLLING STONE MEXICO

Mítico amante del tequila, peleador impenitente y apasionado recalcitrante.

Ajeno a cualquier capilla o institución musical, Bunbury resurge con Las consecuencias, un disco con todos los ingredientes de su inspiración lumpen, panorámicas poéticas y romanticismo demencial. “El riesgo del oficio de convertirse uno mismo en espectáculo, a largo plazo, es que también acabes comprando una entrada”: Leía esta frase del escritor Thomas McGuane cuando los recuerdos de Enrique Bunbury se embestían uno tras otro contra la salida de emergencia de la memoria. “En este mundo de fama cada vez me siento más cerca del psiquiatra”, me decía Bunbury hace cinco años, cuando platicábamos sobre su disco Freak Show; no me acuerdo ni dónde fue, pero estaba empinando una botella de tequila hasta el último sorbo. “Me siento como Joseph Merrick [conocido también como ‘El hombre elefante’], el más mórbido centro de espectáculo de mi vida”, decía descentrado, perdido y obsesionado por su propia persona.

“La fama es una vida codificada, un lugar donde tienes que descifrar lo que la gente quiere de ti, un terreno resbaladizo”, reflexiona en entrevista el músico nacido el 11 de agosto de 1967 en Zaragoza, el hombre que, de tantos reconocimientos acumulados junto a Héroes del Silencio y de un pasón a sí mismo, colapsó en el 2005. Fue cuando anunció la disolución de El Huracán Ambulante, la banda que lo acompañó como solista por ocho años y simplemente dejó el escenario por un tiempo. “Fueron momentos de locura”, recuerda. “Cada vez me interesa menos el lenguaje pop. Estaba cansado de trabajar para una industria que te lleva hacia una dirección muy concreta y a hacer cosas que van en contra de una integridad artística. En ese tiempo yo arrastraba unas circunstancias personales, físicas y psicológicas, que me hicieron cortar con muchas cosas pero, al día de hoy, me siento fuera de ahí. No completamente desintoxicado, pero sí en un tratamiento de recuperación”. 



¿Aún consideras que deberías ver al loquero? 

No, porque tampoco tengo fe en la psicología ni en la psiquiatría, pero sí recuerdo que tuve momentos que dudé mucho de mi equilibrio. 



Tu viaje por La Habana fue la mejor terapia…
Sí, y vaya que fue un buen psiquiatra. Precisamente eso lo puedes ver en el disco El tiempo de las cerezas, nació precisamente ahí. Cuando volví de Cuba fue cuando decidí desintoxicarme de mí mismo y ponerme a trabajar en crear música al lado de Nacho Vegas. Desde ahí siento una nueva etapa en mi vida que me sigue marcando en mi composición.

¿Tras esos años en el oscurantismo emocional, ¿ahora te sientes como iluminado creativamente?
La forma que he tenido de ver mi carrera musical siempre ha sido con la mente a-bierta para aprender, mejorar y descubrir nuevos recovecos de mis posibilidades como intérprete y como autor. Desde El tiempo de las cerezas me veo como alguien más sutil, ya no me siento como ese autor rabioso. Ahora creo que el lenguaje puede ser más suave para llegar a algo más profundo. He tenido momentos creativos, pero cada vez más van dejando de ser constantes. Tuve una época muy buena cuando hice Viaje a ninguna parte, donde hice muchísimas canciones. En un periodo de seis meses hice más de una centena y, desde entonces, noto que me van saliendo unas cuantas pero ya no con la misma intensidad. Vaya, ahora cada vez soy más cauto. Eso es lo que me define ahora. Me he vuelto más precavido y presto mayor atención a lo que me rodea.

Entrevista y texto: JUAN CARLOS VILLANUEVA
Fuente: Rolling Stone México

No hay comentarios:

Publicar un comentario