La consigna era clara, pero por si alguien entre el público podía llegar a albergar algún tipo de duda, Enrique Bunbury se ocupó de disipar cualquier malentendido: “Hemos seleccionado un repertorio de canciones cantineras, espero que sean de su agrado”. Nadie mejor que el mismo protagonista para sintetizar el leitmotiv del Licenciado Cantinas Tour, es que la gira tomó su nombre del último trabajo que realizó el español. Se trata de una selección de canciones populares latinoamericanas –rancheras, valsecitos y otras yerbas- a las que le sumó su impronta y el resultado fue, cuanto menos, llamativo.
El show empezó con la única canción instrumental del álbum, El Mar, el Cielo y Tú. La banda completa estaba sobre el escenario de Ferrocarril Oeste, sólo faltaba el gran protagonista que hizo su entrada en Llévame. La voz profunda de Bunbury se paseó por más de 20 temas durante la noche. Muchas son frutos de su trabajo más reciente, pero también incluyó otras tantas que forman parte de su repertorio solista. Con el pasar de los minutos pudo comprobarse que esa selección de la que había hablado al comienzo del recital no fue una frase lanzada porque al aire para conformar al las almas presentes. El setlist tuvo un hilo conductor, una base que se repitió desde el principio hasta al fin y que fluctuaba entre la letras, los acordes y arreglos. Fue por eso que La Señorita Hermafrodita, Los Habitantes y Que Tengas Suertecita -las más viejitas- congeniaron a la perfección con Ódiame, El Solitario (Diario de un Borracho) y El Día de mi Suerte -del nuevo repertorio-.
Al virtuosismo de Bunbury se sumaron Los Santos Inocentes, la banda que lo acompaña y que se lleva buena parte de los aplausos. En este tipo de interpretaciones los músicos cobran un papel preponderante, son quienes marcan la diferencia entre una idea bien lograda y un proyecto que quedó a medio camino. Y este grupo nivela para arriba, por si quedaba alguna duda. Dejando al Licenciado Cantinas de lado, durante los conciertos quien suele llevarse más miradas es el guitarrista Álvaro Suite, pero también es destacable el trabajo del bajista –Robert Castellanos- que se lució en el contrabajo tantas veces como la lista de temas lo permitió.
Puede suponerse que durante su gira por Latinoamérica, los últimos minutos de cada recital van a estar especialmente dedicados al país en el que se encuentre Bunbury. En su paso por Buenos Aires, hubo dos dedicados. “Vamos a hacer un blues de Atahualpa”, así anticipó con total naturalidad a El Cielo está dentro de Mi, 0como si la obra de Yupanqui siempre hubiera tenido es impronta. Más tarde fue el turno de Cosas Olvidadas, un tango de Antonio Rodio y José María Contursi. Para el cierre, un clásico …Y al Final. El mensaje era claro y no quedaban ya palabras por decir. Aplausos de Bunbury al público, besos y la despedida. Seguramente habrá emprendido camino a alguna cantina porteña a buscar nuevas experiencias –y alcohol- para que se pronto se conviertan en música. O al menos eso es lo que elegimos creer.
Lista de temas: El Mar, el Cielo y Tú - Llévame - El Solitario - La Señorita Hermafrodita - El Extranjero - Ódiame - Los Habitantes - El Anzuelo – No me Llames Cariño – Ánimas, que no Amanezca - Sólo si me Perdonas - Sácame de aquí - Que Tengas Suertecita - El Día de mi Suerte - De Todo el Mundo - Sí - El Hombre Delgado que no Flaqueará Jamás - El Cielo está Dentro de Mi - Bujías para el Dolor - Infinito - Cosas Olvidadas – …Y al Final
Fuente: Rock and Pop (Argentina)
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